Como prometimos en nuestra entrada sobre «Cómo elegir un proveedor de servicios de traducción», vamos a hablar hoy de las
ventajas y desventajas de los traductores autónomos frente a las agencias de
traducción y viceversa.
En primer lugar, tenemos que tener claro quiénes
son y qué hacen cada uno de ellos.

Las agencias
de traducción son empresas constituidas como tales que ofrecen todo tipo de
servicios lingüísticos para cuya realización cuentan con una extensa base de
datos de traductores autónomos y con un determinado número de profesionales
contratados en sus oficinas. En las agencias, cada proyecto se asigna a un coordinador
o gestor de proyectos que se encarga de elegir al profesional adecuado para
llevarlo a cabo y de seguir la evolución del proyecto en todas sus fases, así
como de servir de intermediario entre el cliente y el profesional o
profesionales encargados de realizar el proyecto.
Cada vez más nos encontramos con una figura
intermedia que es la del traductor autónomo que actúa como coordinador de
proyectos para poder ofrecer a sus clientes una mayor variedad de servicios y
combinaciones lingüísticas a través de acuerdos con otros traductores
autónomos.
En cuanto a las ventajas de los traductores
autónomos sobre las agencias podemos citar:
·
El contacto directo del cliente con el traductor
· La posibilidad de que el cliente conozca la
experiencia y la forma de trabajar del traductor que contrata
·
Una mayor capacidad de negociación de plazos y
tarifas
Como ventajas de las agencias sobre los
traductores autónomos cabe destacar:
·
El hecho de que éstas ofrezcan un mayor número
de idiomas y especialidades
· La inclusión en la tarifa de un servicio de
revisión (proofreading) por una
persona diferente al traductor
·
La posibilidad de traducir grandes volúmenes en
un menor periodo de tiempo
A la hora de seleccionar un proveedor de
servicios lingüísticos, el cliente deberá analizar sus necesidades en cuanto a
las combinaciones lingüísticas con las que trabaja, si se trata de una
necesidad aislada o si va a precisar servicios de traducción con asiduidad, la
longitud de los proyectos, etc. Por ejemplo, si el cliente es una empresa que
desea traducir (y localizar) su página web a cinco idiomas en menos de dos
semanas, le vendría bien contratar los servicios de una agencia de traducción
que le ofrezca una solución integral para todos los idiomas en ese plazo de
tiempo. Sin embargo, a una persona o empresa cuyas necesidades de traducción
sean puntuales o siempre hacia el mismo idioma, le recomendaríamos los
servicios de un traductor autónomo.
Presentamos a continuación un sencillo
cuestionario de ocho preguntas que hemos elaborado para intentar ayudar al
cliente a seleccionar lo que más le convenga según sus necesidades.
1. Sus
necesidades de traducción son:
A) Esporádicas
B) Habituales
2. ¿Traduce
siempre del mismo idioma?
A) Sí
B) No
3. ¿Traduce
siempre sobre el mismo tema?
A) Sí
B) No
4. Los
documentos que traduce son:
A) No
demasiado extensos
B) Muy
extensos
5. Los
plazos que maneja son:
A) Flexibles
B) Muy
ajustados
6. ¿Necesita
por cualquier motivo tener contacto directo con el traductor?
A) Sí
B) No
7. ¿El
proyecto que tiene que traducir necesita de una gran labor de maquetación?
A) No
B) Sí
8. ¿Desea
que la traducción sea revisada por una persona distinta del traductor?
A) No
B) Sí
Si ha obtenido mayoría de A en sus respuestas, le recomendamos contratar a un
traductor autónomo.
Si ha obtenido mayoría de B, a usted le conviene contratar una agencia de
traducción.
El problema no es traductor autónomo versus empresa de servicios lingüisticos, sino traductor autónomo versus agencia de traducción. Para un servidor, una agencia es un mero intermediario, que igualmente subcontrata a traductores autónomos. Así que, ¿para qué pagar más por una simple intemediación? A un servidor, las agencias le recuerdan mucho a las agencias de colocación de los años 50/60. Una empresa se servicios lingüísticos es "otra cosa". Por otra parte, actualmente, un traductor puede ofrecer mediante sinergias muchos de los servicios que antes eran exclusivos de las agencias. Por ejemplo, la maquetación de un libro.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Pablo. Cada vez más, los profesionales autónomos estamos ampliando nuestros servicios y hace ya tiempo que dejamos de ser meros traductores para ofrecer servicios lingüísticos de varios tipos y, quizá, como tú planteas, la mayoría de las agencias han seguido sirviendo únicamente como intermediarios. En cualquier caso, tal y como están las cosas en todos los ámbitos, no nos queda más remedio a todos (autónomos y agencias) que ir ampliando nuestro espectro y flexibilizar nuestra oferta dentro de lo que cada uno pueda.
EliminarMuchas gracias por tu aportación.